Bogotá D.C. 02 de marzo de 2022. Reconocer las dimensiones humanas de la tragedia de los incendios y la deforestación en la Amazonía colombiana fue una de las reflexiones que dejó el foro online “Conservación y llamas: avances y tensiones en la Amazonía”, realizado por el diario El Espectador y la iniciativa de la sociedad civil Parques Nacionales Cómo Vamos, el pasado 24 de febrero.
Ante el recurrente y preocupante incremento de los fuegos durante el presente año en la región Amazónica, en particular en los Parques Nacionales Naturales Tinigua, Chiribiquete y La Macarena, y de la deforestación y otros fenómenos subyacentes, se concibió el foro como un espacio de encuentro entre el Gobierno Nacional y la sociedad civil para analizar algunos de los cuellos de botella que impiden que las herramientas y estrategias hasta ahora diseñadas e implementadas sean efectivas para controlar el fenómeno.
De acuerdo con el Informe 2021 Parques Nacionales Cómo Vamos, el fenómeno de la deforestación es crónico en parques como Tinigua, que en 2018 tenía alrededor de 10.000 hectáreas (ha) deforestadas, lo que representaba el 50% de la deforestación en todo el Sistema de Parques Nacionales Naturales. Según datos del IDEAM, para el año 2020 Tinigua siguió siendo el parque más afectado con 5.708 ha, seguido por La Macarena, Chiribiquete, La Paya y Paramillo con entre 1.000 y 3.700 ha.
Durante el foro la afectación de las comunidades locales, además de la pérdida de biodiversidad, recogió el sentir de los panelistas a través de la intervención de Mónica Vanegas, miembro de la asociación de mujeres indígenas Asomingua y bombera del municipio de Miraflores en Guaviare.
“El campesino es la persona más afectada hoy en día por la inconsciencia de personas ajenas a nuestro municipio que están deforestando. No contentos con 10, 20 hectáreas, sino con 400 y si no es más, y personas inconscientes que por los caminos o por querer tener un pastizal más bonito meten candela”, afirmó Vanegas.
“El campesino es la persona más afectada hoy en día por la inconsciencia de personas ajenas a nuestro municipio que están deforestando. No contentos con 10, 20 hectáreas, sino con 400 y si no es más, y personas inconscientes que por los caminos o por querer tener un pastizal más bonito meten candela”, afirmó Vanegas.
Según Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), los incendios son producto de las presiones que sufre la Amazonía desde hace varios años, entre otros, por la presencia en la región de nuevos actores, tanto armados como económicos. A esto se suma el marcado incremento de la ganadería, el desarrollo de nueva malla vial y la presencia de cultivos de coca.
Por su parte Carolina Jarro, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC), coincidió con Botero en afirmar que los incendios están afectando los parques en la transición andino-amazónica. “El Parque Nacional Natural Tinigua de hecho es uno de los parques más afectados, realmente allí se ha perdido un volumen importante de coberturas que está asociado al proceso de acaparamiento de tierras y a la implementación de actividades ganaderas, que han llevado consigo la pérdida de una gran cantidad de bosques”, afirmó.
El caso de Tinigua prendió las alarmas luego de que fueran reportadas durante las pasadas 12 semanas 205 alertas de incendios (alertas de alta confianza), por el reconocido sistema interactivo de monitoreo y alerta forestal Global Forest Watch. Dato que para los expertos resulta inusualmente alto comparado con las cifras en otros años, desde 2012.
Aunque, según Jarro, como autoridad ambiental PNNC viene monitoreando los Parques Nacionales Naturales (PNN) y ha interpuesto procesos sancionatorios en las zonas afectadas, al tiempo que ha instaurado denuncias penales ante la Fiscalía y los entes de control que corresponde, la entidad se enfrenta a la imposibilidad de hacer mayor presencia en la región por frecuentes amenazas a sus equipos de trabajo.
Para Juan Pablo Ruíz, economista y profesor en Ambiente y Desarrollo en las universidades Externado y El Rosario, la deforestación es producto también de la falta de gobernanza, reflejada en las limitaciones del estado colombiano para intervenir todo el territorio nacional y en la manera como se han definido las estrategias y uso de las herramientas en los territorios.
Por ejemplo, “el carácter ilegal del cultivo de la coca termina generando un precio de sustentación para este cultivo y eso hace que no haya alternativa de sustitución que pueda competir económicamente con esta actividad y, al mismo tiempo, favorece la acumulación de capital que luego se reinvierte en deforestación”, afirmo Ruíz.
Para el profesor Ruíz, la expectativa de titulación de predios frente a la sustracción de zonas de reserva forestal genera especulación, “tendríamos que erradicar la expectativa de la titulación individual de estas grandes haciendas ganaderas y eso significa anunciar la suspensión de las sustracciones de las zonas de reserva forestal para titulación individual (…), eso disminuiría evidentemente a un gran dinamizador hoy en día de la deforestación”.
Jimena Puyana, gerente de Desarrollo Sostenible de PNUD Colombia, desde la visión de la cooperación internacional, enfatizó en la necesidad de involucrar en los procesos las necesidades y experiencias de las comunidades locales que saben las afectaciones que generan los fuegos y la deforestación a la región, pero que perciben que las estrategias que se han aplicado para su control no funcionan.
“Si uno lograra pensar en una forma de atender esta problemática de la deforestación, de los fuegos, que vincule esas soluciones con las de atender los principales problemas que las personas están manifestando y están sintiendo, podríamos quizás aportar un camino distinto, no solo en la narrativa (…) sino realmente en la aplicación de esas soluciones y en los resultados que obtendríamos”, comentó Puyana.
Al cierre del evento Sandra Vilardy, directora de Parques Nacionales Cómo Vamos, además de ratificar la necesidad de reconocer las dimensiones humanas de la tragedia de los incendios y la deforestación en la Amazonía colombiana, instó a ver la problemática no sólo desde lo punitivo y desde lo institucional, sino desde lo socio-ecológico.
“Aquí también necesitamos ser mucho más estratégicos para que podamos tener muchas más actuaciones concretas, reales, propositivas, teniendo en cuenta las confianzas y las desconfianzas, los problemas de la vida cotidiana de la gente en territorio que al final son los principales guardianes de lo que podemos hacer y de cómo podemos enfrentar una tragedia de dimensiones criminales, como es el tema de apropiación de tierras”.
También destacó la importancia de la gestión de la información para la toma de decisiones de carácter interinstitucional, para el apoyo de la cooperación internacional, para el conocimiento de la sociedad civil de lo que está pasando y para poder hacer una evaluación, regulación y monitoreo de las acciones que se adelantan.
Sobre Parques Nacionales Cómo Vamos
Parques Nacionales Cómo Vamos reúne a nueve organizaciones de la sociedad civil: la Fundación Santo Domingo, la Fundación Corona, la Fundación Natura, Alisos, WWF Colombia, WCS Colombia, Dejusticia, la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes.
Parques Nacionales Cómo Vamos nació en 2018 a partir de una iniciativa de la Fundación Santo Domingo y de la Universidad de los Andes de la que entraron a formar parte siete organizaciones, entre las que se encuentra la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos. Tiene como objetivo contribuir a la consolidación de los Parques Nacionales Naturales mediante un observatorio y diversas actividades dirigidas a proponer alternativas para responder a sus múltiples retos, así como propender por su defensa frente a las amenazas que enfrentan.
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Para más información:
Marisol López Franco
Cel 313 209 6845
marisollopezf@parquescomovamos.com